
En el anterior post sobre Integración Sensorial, tratamos de presentar algunos aspectos básicos. La definimos, por un lado, como un proceso neurobiológico básico para poder funcionar en nuestro entorno, y por otro, como un modelo de intervención desde Terapia Ocupacional (Estimulación e Integración Sensorial…¡no son sinónimos!, leer aquí).
Centrándonos en el proceso neurobiológico en sí, un adecuado funcionamiento en nuestro sistemas sensoriales, que recordemos, no son 5, sino 7 (visión, audición, gusto, olfato, tacto, propiocepción y vestibular), nos posibilita poder desarrollar nuestras actividades cotidianas con mayor porcentaje de éxito. No es una condición suficiente, pero sí necesaria para que esto se produzca.
En este post no quiero «hablar» yo, me gustaría presentaros algunos vídeos y testimonios de personas con una disfunción a nivel sensorial, para que «tratemos de ponernos en sus zapatos». Es muy importante que dejemos que los protagonistas nos cuenten cómo se sienten. Espero que os sea enriquecedor. Os dejo con ellos.
Gunilla Gerald:
“Yo era muy susceptible a los sonidos y los ruidos repentinos me asustaban, y a menudo eran la causa de mis rabietas. También tenía problemas táctiles, sobre todo con caricias suaves o con caricias que no esperaba, las cuales podían ser la causa de una rabieta. De hecho me asustaba cualquier acontecimiento inesperado…no pegaba a nadie, pero podría machacar o romper cualquier cosa que se encontrara en mi camino”.
Desarrollé problemas a causa de mi sentido auditivo; era hipersensible ante ciertos sonidos, como el sonido producido por el lavavajillas u otros aparatos. Todos aquellos pequeños sonidos de una habitación (gente tosiendo, moviéndose, sonidos de ventiladores, de tráfico, etc.) son percibidos tan importantes como, por ejemplo, un ponente hablando. Esto no significa que sea incapaz de escuchar y asimilar lo que se dice, por ejemplo, en una conferencia, lo que significa es que hacer esto me produce mucho cansancio.
Tenía hipersensibilidad táctil. Esto hizo que tuviera tremendos problemas cuando me acariciaban, o cuando cualquier cosa me rozaba la piel levemente, aunque fuera sólo un poco. Tampoco podía soportar el roce de los accesorios de la ropa, cosas tales como botones, cremalleras, etc. Esto hizo que tuviera peleas con mi familia sobre la ropa que debía llevar. Odiaba la ropa nueva y la recién lavada, y casi siempre prefería llevar ropa sucia porque era la más suave. Cuando me cortaban el pelo o las uñas me dolía…
Otros problemas estaban relacionados con el control motor y la percepción corporal. Yo era torpe y a menudo derramaba cosas, o tropezaba y me caía. Esto hizo que yo diera mucho la lata y siempre me estaban diciendo cosas como “siéntate bien, trágate la comida, ponte la camisa, coge el zapato, etc”.
Otro problema tenía que ver con la comida…siempre elegía dos cosas y era fiel a esto durante meses. Las dos cosas a las que siempre volvía a recurrir eran las salchichas sin piel y un postre de chocolate… (pate con ciruelas). Me costaba mucho masticar, y por eso solía elegir comidas que estuvieran más o menos “pre-masticadas” (testimonio tomando del curso Sintiendo el Autismo).
Carly Fleishman
“El autismo me ha encerrado en un cuerpo que no puedo controlar”
Temple Grandin
“Tanto profesionales y no profesionales han ignorado los aspectos sensoriales porque simplemente no pueden imaginar que existe una realidad sensorial alternativa y no la han experimentado personalmente…. Este tipo de percepción limitada, sin embargo, no ayuda a las personas que tienen realmente estas dificultades en sus vidas. Incluso si no lo entienden a nivel personal, es hora de que abandonen sus ideas sobre esto” (testimonio tomando del curso Sintiendo el Autismo)…
Creo que todos conocemos la archifamosa máquina delos abrazos de Temple…
InmaCardona
Estupendo articulo Sabina, que importante es ponerse en sus zapatos. Me encanta leer a personas que nos explican como sienten. Me enseña mucho y me ayuda a comprender mejor a mis alumnos y a mi hijo. Miguel de pequeño berreaba en la peluqueria era horrible, pero si veia un pelo en cualquier parte era rabieta seguro, en la bañera tras lavarle el pelo si alguno quedaba flotando le daba pavor. Hoy va a la peluqueria como un señor, se porta fenomenal y aunque no le gustan los pelos, puede cogerlos con dos dedos y decir «que asco un pelo». Gracias por el articulo
Sabina Barrios
@InmaCardona gracias a ti por tus palabras. En ocasiones parece que los adultos tendemos a pensar que los chicos se levantan con «ánimo de fastidiarnos la vida», pero obviamente no es así, hay causas de conductas desafiantes que no entendemos, y muchas de ellas son sensoriales. Un saludo.
Esther Rodríguez Muñoz
Muchísimas gracias por este artículo. Mi hijo Asperger de 18 años es muy contendo, no manifiesta su desagrado en público pero vuelve agotado a casa. Entónces es cuando todo le molesta y se aisla en su habitación. No sé como ayudarle, el no es consciente de cales son los estímulos q lo disturbian. Lleva ya más de un año con una terapeuta ocupacional pero no damos con el clavo. Algún libro, información, algún profesional en Galicia?
Muchas gracias.
Sabina Barrios-Fernández
Hola Esther. Espero que os encontréis bien. En ese tema que comentas un terapeuta ocupacional te puede ayudar, pero un psicólogo seguro que también. Sin conocer el caso me es muy difícil poder daros más recomendaciones, pero leed a Isabel Paula, a Kelly Mahler, a Deletrea o mira en el blog And Next Comes L, a ver si encontráis alguna pista. Un abrazo.